sábado, 17 de septiembre de 2011

Invitación al XXI Encuentro Nacional de Responsables Diocesanos de la Pastoral de Comunicación Social, Prensa e Informática

La Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación (CEPCOM), la Diócesis de Torreón y la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL México), tienen el honor de:

INVITAR

Al XXI Encuentro Nacional de Responsables Diocesanos de la Pastoral de Comunicación Social, Prensa e Informática. Se llevará a cabo del 10 al 14 de octubre de 2011 en la Ciudad de Torreón, Coah.

El objetivo es Promover y fortalecer las COMISIONES DIOCESANAS PARA LA PASTORAL DE LA COMUNICACIÓN (CODIPACS), ofreciendo herramientas a través de la formación y capacitación de los diversos agentes de pastoral de la comunicación, para vivir una experiencia eclesial de comunión”.

El tema del presente encuentro será: "Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital"

El Santo Padre en su mensaje para la XLV Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales nos invita a considerar los nuevos medios de comunicación y las nuevas tecnologias, especialmente las redes sociales como instrumentos para continuar la evangelización y nos alienta para que afrontemos los desafíos que nacen de la nueva cultura digital.

Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales.

Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inagurando así un mundo nuevo de amistades potenciales.

Hagamos nuestro el reto de lanzarnos mar adentro en la era digital para evangelizar en el contexto de la Misión Continental, a ejemplo de Jesucristo, Perfecto Comunicador, como auténticos y verdaderos discípulos misioneros.


+ Mons. Luis Artemio Flores Calzada

Obispo de Valle de Chalco

Presidente de la Comisión Episcopal

para la Pastoral de la Comunicación


+ Mons. Victor René Rodríguez

Obispos Auxiliar de Texcoco

Secretario General de la CEM

Coordinador General de la RIIAL en México


+ Mons. José Guadalupe Galván Galindo

Obispo de Torreón


domingo, 26 de junio de 2011

Domingo XIII Ordinario: Mt 10,37-42.

Exigencias y recompensan en el seguimiento de Jesús.

La obra de Mateo se ha identificado en la teología bíblica como el evangelio del discipulado, pues busca madurar en los discípulos de Jesús su opción por el Reino y la firmeza en seguirle con radicalidad. El texto que la liturgia nos ofrece este domingo es la parte conclusiva de un hermoso discurso de Jesús en el que envía a los doce, les advierte sobre el riesgo de las persecuciones, les invita a ser valientes en el testimonio del evangelio y a ser radicales en la respuesta de seguirle (Mt 10,1-42).

Distinguimos dos partes en la enseñanza del texto. La primera revela la exigencia de Jesús para quien tiene inquietudes de seguirle; nada ni nadie deberá constituirse en obstáculo para que la respuesta sea generosa y valiente. Las siguientes expresiones de Jesús en el evangelio, “El que ama a su padre o a su madre más que a mí…; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí…”no implican una disyuntiva en la que el cristiano tenga que optar por su familia o por Jesús, indican la exigencia de lo que en el Antiguo Testamento Israel reconocía como el primer mandamiento: “Escucha Israel: Yahvé nuestro Dios es el único Señor. Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Jesús pide que la vocación y la misión tenga como punto de referencia, “El lugar primero”, que Él ha de ocupar en el corazón de los discípulos; y así desde Él vivir con mayor madurez la relación con las diversas personas que amamos, como pueden ser los padres, los hijos, la pareja, etc. El seguimiento implica también la experiencia de la cruz, pues los discípulos no están exentos de encontrarse con el rechazo y las persecuciones que enfrentó Jesús, y es precisamente en esas circunstancias donde con mayor claridad se podrá ver el testimonio maduro de la fe.

La segunda parte del texto habla de las diversas satisfacciones que el discípulo podrá recibir, según el ministerio que en la comunidad le corresponda ejercer; sabiendo que la mayor recompensa del apóstol está en saberse portador de la persona de Jesús, por lo que su mayor alegría estará en que a través de él Jesús sea recibido y en Jesús el rostro amoroso del Padre sea reconocido. Al ejercer el ministerio profético, la recompensa del profeta está en el gozo de ver que su mensaje es acogido; al vivir la justicia del evangelio, la recompensa está en ver que su testimonio humilde es levadura que fermenta la masa; al anunciar el evangelio con los que tienen sed de la Palabra, la recompensa está en experimentarse saciado del agua viva que es Jesús.

Señor Jesús, despierta en nosotros el deseo de seguirte y fortalece nuestra voluntad para que seamos capaces de servirte con generosidad, inspirados en el amor a ti sobre todas las cosas y en el amos a nuestros prójimos, los destinatarios de la misión.

P. Aurelio González.

viernes, 24 de junio de 2011

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI 2011

Hermanos y Hermanas:


Nos hemos reunido en esta tarde, en la fiesta de CORPUS, para celebrar el don de la Eucaristía, adorarla y vivirla.


En esta solemne y festiva Eucaristía, congregados como Iglesia diocesana, hacemos oración por el Papa Benedicto XVI, ya que el día 29 del presente va a cumplir 60 años de vida sacerdotal.


También pedimos por nuestro seminario y las vocaciones sacerdotales, en el Año Jubilar, por sus 50 años a celebrarse el próximo 18 de Octubre.


Queremos prepararnos a la celebración del Quinto Congreso Eucarístico Nacional, que se va a celebrar en la ciudad de Tijuana en el mes de Octubre con el tema: La Eucaristía mesa fraterna para la reconciliación y la paz.


El Señor alimenta a su pueblo y le da de beber para que viva y no muera. Esta es la música de fondo que resuena en todas las lecturas de hoy. El Deutoronomio nos recuerda cómo, al salir de Egipto, Dios alimentó a Israel mientras atravesaba el desierto, nutriéndolo con el maná y saciando su sed con el agua que brotó de la roca.


El evangelio corresponde al capítulo sexto del evangelista san Juan, en donde después de presentarnos el relato de la multiplicación de los panes, como figura y anticipo de la Eucaristía, nos ofrece un discurso eucarístico pronunciado por el mismo Jesucristo, en el que se revela como el Pan verdadero, el único Pan de vida que se da como alimento para que el mundo tenga vida. Es verdadero Pan para los que en El creen y verdadero Pan para quienes lo reciben y lo comen en la Eucaristía. Su carne y su sangre son el auténtico alimento que da la vida verdadera.


San Pablo en la Carta primera a los Corintios nos menciona las consecuencias comunitarias que se derivan de la participación en la mesa del Señor Jesús. Es decir, después de la celebración Eucarística ya no podemos vivir desunidos.

Vale la pena recordar el texto de la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis del Papa Benedicto XVI, que describe en una hermosa síntesis esta riqueza extraordinaria de la eucaristía: “El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6,51). Con estas palabras el Señor revela el verdadero sentido del don de su propia vida por todos los hombres y nos muestran también la íntima compasión que Él tiene por cada persona. En efecto, los Evangelios nos narran muchas veces los sentimientos de Jesús por los hombres, de modo especial por los que sufren y los pecadores (cf. Mt 20,34; Mc 6,54; Lc 9,41).


Mediante un sentimiento profundamente humano, Él expresa la intención salvadora de Dios para todos los hombres, a fin de que lleguen a la vida verdadera. Cada celebración eucarística actualiza sacramentalmente el don de su propia vida que Jesús hizo en la Cruz por nosotros y por el mundo entero. Al mismo tiempo, en la Eucaristía Jesús nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana. Nace así, en torno al Misterio eucarístico, el servicio de la caridad para con el prójimo, que “consiste precisamente en que, en Dios y con Dios, amo también a la persona que no me agrada o ni siquiera conozco. Esto solo puede llevarse a cabo a partir del encuentro íntimo con Dios, un encuentro que se ha convertido en comunión de voluntad, llegando a implicar el sentimiento. Entonces aprendo a mirar a esta otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo”. De ese modo, en las personas que encuentro reconozco a hermanos y hermanas por los que el Señor ha dado su vida amándolos “hasta el extremo” (Jn 13,1). Por consiguiente, nuestras comunidades, cuando celebran la Eucaristía, han de ser cada vez más conscientes de que el sacrificio de Cristo es para todos y que, por eso, la Eucaristía impulsa a todo el que cree en Él a hacerse “pan partido” para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno. Pensando en la multiplicación de los panes y los peces, hemos de reconocer que Cristo sigue exhortando también hoy a sus discípulos a comprometerse en primera persona: “dadles vosotros de comer” (Mt 14,16). En verdad, la vocación de cada uno de nosotros consiste en ser, junto con Jesús, pan partido para la vida del mundo”. (no.88)

Teniendo en cuenta que la Eucaristía es mesa fraterna para la reconciliación y la paz, nos da a Jesús, Pan de vida, en quien encontramos la paz y el fundamento de nuestra esperanza, los Obispo de México en su reciente Exhortación Pastoral llamada “Que en Cristo, nuestra Paz, México tenga vida digna” hacen un diagnóstico muy certero y a la vez muy alarmante sobre la realidad que vive hoy nuestra patria y ante esta crítica situación subrayan el dinamismo y el compromiso de reconciliación y de paz que comporta el misterio eucarístico.

Dicen los Obispos: “La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida eclesial y proyecto de solidaridad para toda la humanidad, actualiza en todos los discípulos misioneros de Jesucristo la vocación y misión de ser artífices de paz. En efecto, quien participa en la Eucaristía de manera activa, consciente y responsable, “aprende de ella a ser promotor de comunión, de paz y de solidaridad en todas las circunstancias de la vida”. En medio de las situaciones de violencia los cristianos somos interpelados “a vivir la Eucaristía como una gran escuela de paz, donde se forman hombres y mujeres que, en los diversos ámbitos de responsabilidad de la vida social, cultural y política, sean artesanos de diálogo y comunión”. (no.153)

Por ello, los Obispos de México no dudan en afirmar que la Eucaristía es el sacramento de la paz. “La Eucaristía, es sacramento de paz. En ella somos perdonados y santificados y Jesús mismo nos hace testigos de la compasión de Dios por la humanidad.

Aquí tiene su fuente el servicio de la caridad para con el prójimo, que nos mueve a amar, en Dios y con Dios, incluso a las personas que no conocemos o no nos simpatizan, pues el encuentro íntimo con Él ilumina la mirada y permite descubrir en ellas, hermanos y hermanas por quienes ha dado su vida el Señor”. (no.160)

Hermanos y hermanas, que esta fiesta de Corpus en donde estamos celebrando y adorando la Eucaristía, nos conceda a nosotros un espíritu fuerte y a la vez nueva vitalidad para estar siempre disponibles a la voz del Espíritu Santo, que nos habla a través de los signos de los tiempos y nos pide ahora una verdadera renovación pastoral en nuestra diócesis.

Precisamente los Obispos de México en la misma Exhortación pastoral nos dicen que para superar la crisis de inseguridad y violencia es necesaria la renovación de los mexicanos. “México será nuevo sólo si nosotros nos renovamos”. (no. 189)


Entre varios compromisos pastorales, los obispos nos piden “renovar nuestras parroquias, reformular sus estructuras para que en el espíritu de Misión Continental, sean una red de grupos y comunidades, capaces de articularse, en donde sus miembros vivan en comunión como discípulos y misioneros de Jesucristo. El Pan de la Palabra y de la Eucaristía y el servicio de la Caridad impulsa a los miembros de la comunidad parroquial a dar frutos permanentes de reconciliación y justicia para la vida del mundo. (no. 197 a)

Finalmente les pido que la oración de todos nosotros, en esta celebración y los días siguientes, ya sea en nuestras iglesias como en nuestras familias, sea pedirle al Señor Jesús por intercesión de la Santísima Virgen de Guadalupe, que nos libre de todos los males y nos otorgue la paz que necesitamos en nuestros días y a la vez nos conceda la lluvia necesaria y conveniente para nuestros campos y pueblos laguneros.

Digamos juntos esta breve oración:

SEÑOR JESUS, DANOS AGUA Y CONCEDENOS LA PAZ.

SEÑOR JESUS, DANOS AGUA Y CONCEDENOS LA PAZ.

SEÑOR JESUS, DANOS AGUA Y CONCEDENOS LA PAZ.



Torreón, Coah. 23 de junio de 2011



MONS. JOSE GUADALUPE GALVAN GALINDO

Obispo de Torreón

miércoles, 8 de junio de 2011

SALUDO DEL OBISPO DE TORREÓN A LAS PERSONAS PARTICIPANTES EN LA “CARAVANA POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD”

Con gran cariño y un abrazo solidario, en nombre de la Iglesia Diocesana de Torreón saludo a las personas que participan en esta “CARAVANA POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD”, importante movimiento ciudadano que, recogiendo en un mismo signo el dolor de las familias que han sufrido las consecuencias del clima de violencia que afecta a todo nuestro querido México y el “YA BASTA” de la sociedad en general, ha encendido también una luz de esperanza.


Este movimiento, al crear conciencia de la tarea que todos compartimos en la construcción de un nuevo orden, ha convocado a los distintos actores sociales –autoridades de los distintos órdenes de gobierno y sociedad civil en general- a asumir con seriedad, desde las propias áreas de responsabilidad, la tarea de transformar la realidad y lograr un México en “PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD” para todos y todas. Aplaudimos la iniciativa de participación ciudadana y el clima de respeto y tolerancia que ha caracterizado este movimiento, porque la única forma de exigir la paz y justicia con dignidad, es asumiendo actitudes de paz, de justicia y de dignidad.

Con una palabra de aliento quisiera fortalecer a tantas familias que en los distintos lugares del territorio nacional han sufrido el dolor y la desesperación por la muerte de algunos de sus seres queridos. Que este dolor sea semilla que sembrada en la tierra germine mañana como semilla de un México más justo y digno.

Que Jesucristo, el Príncipe de la Paz bendiga sus esfuerzos y fatigas y les permita ser “los bienaventurados que construyen la paz porque se les llamará hijos de Dios”.

Torreón, Coah., Junio 8 de 2011.


+JOSÉ GUADALUPE GALVÁN GALINDO
OBISPO DE TORREÓN

lunes, 30 de mayo de 2011

El Proceso Electoral de Coahuila, responsabilidad de todas y de todos

El bien común esencialmente implica optar por la vida digna libre de violencia


Por nuestra responsabilidad como pastores de la Iglesia Católica, la defensa de la Vida es parte esencial de nuestra misión, por tanto es nuestro quehacer acompañar al pueblo de Dios en su búsqueda de condiciones de vida digna. En días recientes inició el proceso electoral en el estado de Coahuila, y para que nuestra participación en dicho proceso contribuya positivamente al futuro de la vida, no sólo en Coahuila sino en todo el país en los próximos años, tenemos que actuar guiados por argumentos serios, que den sustento a una participación ciudadana basada en convicciones democráticas, mediante las que recuperemos nuestro territorio, nuestra libertad, la paz y la vida digna a las que tenemos derecho.


La integridad de la ciudadanía estará garantizada solamente por un régimen político que funcione mediante la honestidad y la responsabilidad ética de quienes lo forman, es decir, que esté constituido por personas que actúen con apego irrestricto al pacto social garantizado por nuestra Constitución Federal, y mediante una legislación local respetuosa de nuestras libertadas, de nuestra dignidad y de todos nuestros derechos y garantías.


La decisión que tomen las y los ciudadanos para elegir a quienes asumirán las responsabilidades de gobierno a nivel estatal, no puede obviar la escalada de violencia y las consecuentes violaciones a los Derechos Humanos que vivimos en el Estado de Coahuila y en la región noreste del país, la crisis de las instituciones del Estado Mexicano, que juntas nos han llevado a vivir una emergencia imposible de ocultar. Si se ha generalizado el miedo a salir y actuar, es justo éste el que nos debe impulsar a asumir nuestro derecho y ofrecer un voto razonado y crítico.


Dolores y clamores en Coahuila


Los dolores y clamores de nuestro pueblo suben hasta el cielo por las cada vez más numerosas muertes arbitrarias, secuestros, extorsiones, desplazamientos de población y desapariciones forzadas, cuyo registro está grabado en el corazón y en la memoria de nuestra gente, no así en las dependencias encargadas de procurar la justicia.


Según datos atribuidos a la Secretaría de la Defensa Nacional, de diciembre del 2006 a diciembre del 2010, en diversas instalaciones de esa dependencia se recibieron 18,941 denuncias por personas “levantadas” (desaparecidas), datos recabados a partir de las solicitudes de familiares que han acudido directamente a la SEDENA. Asimismo mencionaron no saber del paradero de las personas desaparecidas (“levantadas”) y que esta información la conoce el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).


Tan sólo en Coahuila, el Centro Diocesano para los Derechos Humanos “Fray Juan de Larios” y familias que se han organizado en FUUNDEC (Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila), han documentado de febrero del 2007 a mayo del 2011, 166 personas desaparecidas. Sobre los decesos en el estado, según la base de datos de fallecimientos ocurridos por presunta rivalidad delincuencial publicados en la página Web de la Procuraduría General de la República (PGR), de diciembre del 2006 a diciembre del 2010, hemos tenido 654 muertes en Coahuila. Sin embargo, las víctimas inocentes en estos fuegos cruzados por rivalidades y en la guerra emprendida contra la delincuencia organizada, son invisibilizadas, estigmatizadas, no registradas y no investigados sus asesinatos. Actualmente se les está negando incluso el derechos a velar a sus difuntos en alguno de los municipios del estado.


Del 2007 al 2011 en Coahuila hemos tenido al menos tres reporteros asesinados, un reportero desaparecido, un periodista exiliado por amenazas; otros cuatro fueron privados arbitrariamente de su libertad y liberados una semana después. Se han producido seis agresiones contra las instalaciones de medios de comunicación. Coahuila ocupa el tercer lugar en el país en agresiones a reporteros e instalaciones de medios de comunicación, según el informe que emitieron CENCOS y Article XIX en mayo del 2011, titulado: “Violencia en México y el Derecho a la Información”.


Cada vez más denuncias llegan de nuestras parroquias sobre la destrucción y quema de negocios y casas, el desplazamiento forzado de muchas personas en diversos municipios del norte del estado. Los enfrentamientos armados en vías públicas se ha convertido en una realidad cotidiana en nuestras ciudades.


Y por si esto no fuera bastante, los mineros del carbón continúan muriendo; después de la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, en febrero de 2006, que permanece impune, a la fecha han muerto otros 61 mineros. Tampoco cesan las agresiones a los migrantes por elementos de la delincuencia organizada, que a pesar de las medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a los miembros de la Casa del Migrante de Saltillo, y contar con vigilancia permanente de elementos de seguridad estatales fuera del albergue, a dos cuadras del mismo, miembros del crimen organizado realizan amenazas e intimidación a la población migrante, así como a las y los defensores de esta población. Además, los secuestros de migrantes en los municipios fronterizos de Piedras Negras y Acuña, se continúan perpetrando.


La destrucción de la naturaleza por los terribles incendios, y la poca capacidad que existe en el estado para enfrentarlos, es otra realidad que en estos días hemos vivido. La vida de millones de personas en Coahuila debe ser protegida con mayor eficacia y responsabilidad por las autoridades, por los políticos y todas las personas que ostenten cualquier rango de poder.


Jesús, el Buen Pastor


Quienes creemos en Jesús, el Hijo de Dios, encontramos en su Evangelio los criterios con los que nos hemos de guiar en todos los ámbitos de nuestra vida personal y social, uno de cuyos rasgos lo constituye nuestra responsabilidad en la vida política, que es nuestro empeño por el bienestar de la comunidad social. Para obtener una luz que oriente nuestra actuación en los procesos electorales en curso, queremos acudir a la comparación que Jesús hace de sí mismo con un buen pastor que cuida la vida de sus ovejas e incluso sacrifica la propia vida por el bien de ellas. Esta comparación Jesús la hizo en un sermón que se le conoce como el Sermón del Buen Pastor”.


Él dijo un día: "De verdad les digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños."


Jesús les dijo de nuevo: "De verdad les digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas”. (Jn 10,1-5.7-13)


Jesús se compara a sí mismo con el Buen Pastor porque mediante la sabiduría que proviene de su Padre Dios, a través de una vida entregada por la vida del mundo, ha sido establecido como el guía ya no solamente del pueblo de Israel, en medio del que nació, sino de la humanidad entera, como lo habían anunciado de Él los profetas en el Antiguo Testamento. Cuando declara que Él es la puerta por donde entrarán los verdaderos pastores de la humanidad, se coloca como modelo de todo pastor que esté al frente de cualquier grupo humano, tenga éste la dimensión que tenga.


Características de un buen pastor


Jesús definió las características del verdadero pastor al establecerse a sí mismo como modelo: “Yo he venido para que tengan vida (las ovejas) y la tengan en abundancia”; el rebaño al que Él se refiere es la entera familia humana. Otra característica fundamental del verdadero pastor la define con estas palabras: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” Todo verdadero pastor, como Jesús, debe ajustarse a esta manera de pastorear. Siguiendo este camino buscará y encontrará los medios para proteger la vida de las ovejas, y las proveerá de todos los recursos que las conducen a una vida segura; tales recursos estarán al servicio por igual de todas las ovejas y del pastor mismo. A esto se refería Jesús cuando dijo: “Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto”.


Las palabras de Jesús que describen el desempeño de un buen pastor, pueden hacerse extensivas a cualquier persona que tiene a su cargo la responsabilidad de un grupo humano, cuya vida ha sido puesta bajo su cuidado. Ponerse al servicio de la vida humana tiene un amplio significado, porque la vida humana no solamente tiene que mantenerse en la existencia, sino que ha de desarrollarse y crecer. La vida de cada hombre y de cada mujer tiene una dignidad intrínseca, innata, que surge de su propio ser personal.


Esto exige de parte de nosotros y nosotras que la vida de cada persona, además de ser respetada, sea promovida a tal punto que se viva con la plenitud que corresponde a su dignidad. Esta dignidad de la vida no solamente se ha de procurar para cada individuo en particular, considerado aisladamente, sino que debe garantizarse a todo el conjunto social y a los grupos intermedios que lo constituyen articuladamente, considerados en su dimensión de conjunto. Tales grupos pueden ser instancias de servicio, como por ejemplo una escuela, un hospital o una empresa; o bien, sectores de la población, como mujeres, niños, ancianos, y jóvenes; o si se trata de una minoría vulnerable: indígenas, homosexuales y migrantes, por ejemplo.


La responsabilidad de ser buenos pastores no recae únicamente en los jefes políticos ni en los jefes religiosos, o en los gerentes de empresas y en los directivos de los sindicatos; o en los Directores de escuelas u hospitales, sino en cada una de las personas que conforman cada conjunto social, como colaboradores/as, activos/as que son de quienes los coordinan y conducen. Sin embargo, esta colaboración de todos los miembros del grupo, no sustituye ni excluye la responsabilidad de quien conduce.


Los malos pastores


En el mismo sermón del Buen Pastor Jesús se refirió también, a los malos pastores, cuyas actitudes contrastan diametralmente con la actitud del verdadero pastor. Jesús define a los malos pastores como "ladrones y salteadores", que vienen únicamente a "robar, matar y destruir". Se trata de personas que actúan en sentido contrario a todo lo que favorezca la vida de las ovejas, por eso Él los compara con personas que están al frente de las ovejas sin compromiso por cuidar el rebaño, sin sentirse responsables de la vida de las ovejas, sino que las tratan como asalariados, que no consideran a las ovejas como parte de su propia vida, de tal manera que lo que les pueda pasar de malo, a ellos no les afecta en nada. Su interés es el dinero de un salario y no la vida de las ovejas; cuando ven venir al lobo, abandonan al rebaño a su suerte, y el lobo lo hace su presa. (Jn 10, 12-13).


El mal pastor no está al servicio de la vida del rebaño, sino al servicio de sí mismo, utiliza al rebaño mientras le sirve a él mismo; cuando se trata de sacar la cara por las ovejas, porque éstas entran en situación de riesgo, no le importa nada, sino que se hace cómplice del lobo para que las convierta en sus víctimas, al no interponer ninguna acción que anule su ataque en contra de ellas. Las ovejas acaban por ser víctimas del lobo y del mal pastor.


Voto razonado con criterios auténticos


De estas enseñanzas de Jesús, los ciudadanos de Coahuila podemos obtener criterios muy serios para cumplir con nuestra responsabilidad cívica en el presente proceso electoral. En primer lugar obtenemos una enseñanza quienes por nuestra fe tenemos la certeza de que Él es el Hijo de Dios. Pero también sus palabras representan una guía para quienes no lo conocen desde la fe cristiana, pero creen en los valores universales que caracterizan a una sociedad justa. No se puede negar el profundo humanismo que contiene el Evangelio de Jesús, y la trascendental influencia que Él ha ejercido en el desarrollo histórico de la humanidad. Esto último, muy a pesar del mal testimonio que hemos dado y damos todavía hoy algunos cristianos, aún cuando nos confesemos discípulos suyos.


Jesús, cumplió la promesa que Dios le hizo a su pueblo de que Él personalmente asumiría la tarea de ser su pastor pues los malos pastores lo habían ultrajado y dispersado. Dios prometió que Él les daría un pastor que en su nombre los guiaría hacia lugar seguro. En la comparación que Jesús hace de su propia persona como un Buen Pastor, no asume una definición teórica de esta figura, sino que toma aspectos sumamente prácticos, que demuestran su calidad de pastor bueno y leal a los designios de Dios para su pueblo, aspectos muy sencillos que se pueden constatar de una manera muy fácil, que el pueblo puede observar a plena Luz del día, sin que sean necesarias grandes explicaciones, porque saltan a la luz en la conducta pública de un buen líder. Por eso Jesús advirtió que las ovejas no siguen a los malos pastores.


Un verdadero pastor asume la defensa de la vida del rebaño hasta sus últimas consecuencias y se conoce por los frutos de su trabajo, que se manifiestan en vida digna para todo el pueblo, no para unos cuantos privilegiados, y no cualquier tipo de vida, sino vida en abundancia. Vida que está sustentada en procesos que la alimentan, la desarrollan y la hacen perdurar por generaciones, porque tales procesos tienen su fundamento en la calidad moral y la responsabilidad ética de los ciudadanos, en el espíritu de servicio desinteresado a toda prueba. Vida que se experimenta en frutos perceptibles de paz con progreso, y en la consolidación de proyectos que mantienen la concordia y la fraternidad del pueblo, cuya tónica principal es el respeto a la dignidad de cada persona, sin exclusiones ni discriminaciones de cualquier índole.


En cambio, los frutos de los malos pastores son los que señala Jesús, sin más ni más, cuando afirma que son "salteadores y ladrones", que vienen a "robar, matar y destruir". Jesús nos lo advirtió, aunque sean lobos que se visten con piel de ovejas, “por sus frutos los conocerán”. De la misma manera que los signos de un buen pastor se perciben a la luz del día, también son manifiestos los frutos de los malos pastores en la muerte y la destrucción del rebaño. No dan la vida por las ovejas, viven de ellas. Les roban la vida para sí mismos y sus privilegiados y favorecidos. Mientras el rebaño adelgaza y se empobrece, ellos y sus privilegiados engordan a base de consumir los bienes y los recursos que despojan al rebaño.


Los malos pastores en estos tiempos no solamente huyen del lobo y lo dejan destruir al rebaño, sino que son cómplices de sus robos y sus asesinatos, y comparten con él las acciones destructivas y los despojos del rebaño. Dice bien claro el Señor Jesús: “Por sus frutos los conocerán”.


Proceso electoral con responsabilidad ética


Exhortamos a los partidos políticos a no hacerse cómplices de la destrucción y muerte que afecta a Coahuila, permitiendo que sus candidatos vendan las campañas a lobos rapaces. También los invitamos a no realizar campañas destructivas del contrincante político, ya bastante fracturada está la sociedad por la violencia generalizada que padece, como para tener que soportar campañas llenas de agresiones y denuestos, de artimañas y descalificaciones, que provoquen resentimientos difíciles de superar por largo tiempo.


El voto ciudadano en este proceso electoral es una oportunidad para empezar a corregir el rumbo de Coahuila y de México, pero debe ser emitido con responsabilidad crítica, honestamente y con libertad, sin obedecer a intereses obscuros y presiones de cualquier tipo. El voto es personal, debe brotar de la propia dignidad y de una conciencia ciudadana íntegra, no de intereses que sujetan el voto a grupos cerrados y corporativismos absurdos que tanto daño nos han hecho, con la repetición de prácticas corruptas e irresponsables que han perpetuado en el poder la impunidad y las complicidades criminales.


La Constitución Mexicana nos concede el derecho irrenunciable a elegir a quienes consideramos las personas aptas e íntegras para conducir a Coahuila y al país por caminos de justicia y de paz. Cualquier intento de condicionar el voto por medio de amenazas, presiones o dádivas, que atente contra la libertad del elector, es un delito y debe ser denunciado. De la misma manera, la práctica ancestral de la venta y compra del voto es una costumbre que ha mantenido en la inmadurez política a los Partidos, a los funcionarios que acceden al poder por medio de esas prácticas y a un sector no pequeño de la ciudadanía que la acepta. Esta práctica ha engendrado en el ánimo de las y los ciudadanos una resignación casi infantil, donde se acepta como "normal" la corrupción en el ejercicio del poder público.


A los partidos políticos corresponde en primer lugar frenar esa nefasta práctica; pero también a la ciudadanía le corresponde tomar conciencia de que no puede seguir haciéndose cómplice del comercio del voto. Prestarse a la compra venta del voto, trae como consecuencia que los funcionarios públicos que acceden a sus cargos por la vía electoral mediante la corrupción del voto, pasen a ser enemigos públicos de la nación y no servidores públicos de ella.


Encomendamos a nuestra Señora de Guadalupe el proceso electoral en el estado de Coahuila, para que se desarrolle dentro de un marco de respeto y dignidad de la ciudadanía, para que no sea causa de división entre partidos y grupos, sino que por medio de él nos integremos en la unidad por la búsqueda de la justicia, como un pueblo organizado para provecho de todas y todos sin excepción. Esta es la única manera de superar la terrible situación de violencia en que nos encontramos, de iniciar el único camino que nos conduce a la vida plena que nos ofrece Jesucristo, el Buen Pastor, y de recuperar, por el amor, la paz tan anhelada para Coahuila, para esta región noreste y para México.


Saltillo, Coahuila, 26 de mayo de 2011.



Gerardo Alonso Garza Treviño

Obispo de Piedras Negras


José Guadalupe Galván Galindo

Obispo de Torreón


Fr. Raúl Vera López, O.P.

Obispo de Saltillo